La importancia de afilar el hacha
¿Te esfuerzas para mejorar cada día pero no obtienes resultados? Párate un momento y dedícate un tiempo. Es importante ordenar la mente y tus recursos para poder volver a la acción con una perspectiva más amplia de donde vas y qué rumbo quieres tomar.
Esta técnica es la conocida como afilar el hacha y ha sido el tema de la última jornada del programa de bienestar emocional impartido por Sandra Alonso dentro del catálogo de la Escuela de Salud de Umivale Activa.
Esta última sesión ha abordado otra de las herramientas que podemos llevar a cabo para conseguir el equilibrio emocional; en este caso forma parte del enfoque conductual. Sandra, doctora en Psicología y Ciencias de la Salud, ha aprovechado también para hacer un repaso de todas las herramientas que ha ido presentado en los tres enfoques para poder abordar cualquier situación negativa: el fisiológico, el cognitivo y el conductual.
Necesitamos herramientas desde los tres enfoques para poder afrontar cualquier problema de manera llena para nuestro equilibrio emocional.
Dedicarte tiempo para rendir más
Igual que el estrés y el trabajo desmesurado repercuten negativamente en nuestra salud, trabajar en nosotros mismos tiene el poder de sanar el cuerpo y la mente.
La fábula del leñador que quería cortar muchos árboles sin descanso y que, gradualmente, iba bajando en sus resultados a pesar de no parar a descansar nos hace ver qué era el error que cometía: no se detenía a tomar aire y a afilar su hacha. Cada vez la herramienta iba peor, cortaba menos y repercutía en su estado anímico.
Igual que preparar nuestras herramientas para el trabajo nos hace ser más efectivos, dedicarnos tiempos de manera consciente, ordenar nuestra mente y replanificar nos hace tener una perspectiva más amplia del que volemos, definir objetivos y conseguirlos.
Así, afilar el hacha significa hacer cosas que impliquen autoconocimiento. Aquellas actividades o hábitos que necesitamos ir cogiendo para ir sintiéndonos bien con nosotros mismos. Son acciones que nos hacen superarnos, mejorar.
No es solo distraernos sino trabajar en nosotros mismos. Hacer deporte, leer, escribir reflexiones, estudiar una cosa nueva, meditar,… planificar nuestra misión personal, buscar y dedicar tiempo en nuestra misión de vida: Por qué soy aquí? A que quiero dedicar mi tiempo? Cuál es mi prioridad en esta vida?
Así, tenemos que buscar tiempo durante nuestro día a día para afilar el hacha. Parar un minuto, conectar con la respiración y ver el que queremos hacer. Que no nos consuma la rutina. Tenemos que buscar este vacío que hará que todo el resto ruede.
