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Bienestar emocional: La alegría

alegría

La última jornada de Bienestar Emocional edición 2024 y la última emoción básica que nos faltaba abordar es la alegría, para completar el abanico junto a la tristeza, la rabia y el miedo.

Frente a las otras emociones, que eran negativas por nuestro instinto de supervivencia, esta es positiva.

Al igual que el resto de emociones básicas, la alegría es un estado de felicidad que también se trabaja. El objetivo de este taller es gestionar nuestras emociones en función de lo que nosotros podemos controlar para propiciar escenarios en los que podamos ser felices o tener más opciones de serlo.

Según la doctora Sandra Alonso, es ser perseverantes ante las dificultades y crear escenarios en positivo, siendo realistas y siempre dentro de nuestras posibilidades, pero creando opciones con optimismo, porque creer es crear.

 

Beneficios de la alegría

La risa es la respuesta física más evidente de la alegría. Se trata de la emoción más empática y contagiosa que podemos observar. Además de empatizar con alguien que ríe, si esta risa dura lo suficiente, acabamos sintiendo también esa alegría. Esto no ocurre con otros sentimientos como el miedo o el asco, que podemos entenderlos, empatizar con ellos, pero no llegarlos a sentir como genuinos.

 

Entre los principales beneficios de la alegría podemos enumerar los siguientes:

Disminuye el estrés. Estar alegres nos ayudará a no estresarnos tanto. Está comprobado que reírnos hace que se segreguen hormonas encargadas de reducir el estrés (por ejemplo, adrenalina o endorfinas).

Mayor autoestima. Estar felices nos ayudará a tener mejor opinión sobre nosotros mismos y a tener la fuerza necesaria para afrontar los problemas.

Mayor fortaleza. Las personas alegres muestran mayor fortaleza y ganas a la hora de tener que hacerles frente a los problemas, se sienten llenos de energía.

Mejor rendimiento. Si estamos alegres rendiremos mejor tanto a nivel académico como laboral. Existen muchos programas de motivación que tienen como objetivo alegrar a los trabajadores porque está comprobado que los trabajadores alegres y felices son más productivos.

Mejora el sistema inmune. Se dice que la alegría y, en general, las emociones positivas, mejoran la barrera inmunológica.

Mejor sueño. Como hemos visto anteriormente, las emociones negativas hacen que tengamos peor sueño. En el caso de la alegría, nuestro sueño puede mejorar y hacer que tardemos menos tiempo en dormirnos o que tengamos más calidad y cantidad de sueño.

Incrementa la edad media de vida. Muchos estudios mencionan que las personas alegres y felices viven más que las que no lo son.

Bienestar emocional. Si estamos alegres nuestro bienestar emocional aumentará.

Ayuda a combatir el dolor. Estar alegres puede hacer que se disminuya el dolor que sentimos.

Al reírnos hacemos ejercicio. Cuando nos reímos se ponen en marcha más de 35 músculos.

Es un reforzador de conductas. Cuando sentimos alegría tras la ejecución de una conducta, la probabilidad de que repitamos esa conducta aumenta. De ahí, que la alegría es uno de los factores que está involucrado en que perseveremos en nuestras metas a largo plazo.

 

Diferencia entre alegría, placer y felicidad

La alegría es una emoción básica, de corta duración. Es un estado momentáneo y se expresa de forma súbita, intensa, eufórica. Por el contrario, la felicidad es un sentimiento más prolongado en el tiempo y se manifiesta de manera serena, en paz y armonía.

La felicidad es un procesamiento consciente. Normalmente somos conscientes de lo felices que éramos cuando lo perdemos, y eso es lo que debemos trabajar, ser capaces de ser conscientes de lo que tenemos en el momento. Así, ser agradecidos y valorar lo que tenemos es uno de los ejercicios más recomendables para trabajar esa felicidad.

Cuando hablamos de placer, existe una diferencia química importante respecto a la felicidad. El placer está motivado por la dopamina y la felicidad por la serotonina.

La dopamina es una sustancia química que dura poco en el cuerpo y nos hace sentirnos muy bien a corto plazo. Acelera las neuronas (por lo que provoca un deterioro de las mismas) y nos hace experimentar una sensación de euforia tal que nos provoca adicción. Según nuestro cuerpo se habitúa, va a necesitar incrementar el nivel para experimentar el mismo placer que antes. Otra parte negativa de la dopamina es que inhibe a la serotonina, por eso las adicciones pueden conducir a cuadros de depresión.

La serotonina, por el contrario, tarda en llegar, pero nos hace sentir muy bien cuando llega. Mientras que la dopamina es más visceral y se siente en todo el cuerpo, la serotonina es más mental.

La serotonina se genera compartiendo con otras personas, mejora el estado de ánimo, regula las fases del sueño, nos regula el apetito, el aprendizaje y la memoria.

Ambas sustancias químicas son buenas, pero en sus dosis justas.

 

Las cuatro hormonas de la felicidad

¿Qué cosas que tenemos a nuestro alcance y podemos hacer para segregar de manera natural en nuestro organismo estas cuatro sustancias que nos van a ayudar a ser más felices?

1. La serotonina nos ayuda a tener esa sensación de bienestar, favorece el apetito, ayuda a estimular la lívido sexual, controla las fases del sueño y es un estabilizador del ánimo.

Podemos fomentar su segregación comiendo alimentos ricos en triptófano (huevos, semillas de sésamo o calabaza, pescados como el salmón, el chocolate negro…), siendo agradecido de lo que tenemos, meditando, estando en contacto con la naturaleza, tomar el sol, salir al aire libre o beber agua, disfrutar de un álbum de fotos familiares, entre otros.

2. La dopamina nos ayuda a tener la motivación para realizar tareas porque nos hace busca la recompensa. La dopamina se fabrica en nuestro intestino por eso hay que cuidar nuestra alimentación. También favorecemos la segregación de dopamina buscando tareas que podemos completar con éxito, escuchando música, respetando las horas de sueño y descanso, haciendo ejercicio, bailando, etc.

3. La oxitocina o la también llamada la hormona del amor, del afecto, de la sexualidad, del cuidado, del comportamiento maternal. La podemos activar a través de las caricias, abrazos, manteniendo relaciones sexuales, haciendo ejercicio y cuidando de los demás.

4. Las endorfinas. Su función principal es aliviar el dolor, disminuye el sufrimiento y nos ayuda a tener un mayor bienestar. Segregamos endorfinas cuando hacemos ejercicio físico, escuchamos música, bailamos, saltamos, etc.

 

Así, Sandra Alonso nos recomienda que, dentro de nuestro diario emocional, nos marquemos tareas para trabajar esa felicidad porque, aunque a veces la alegría nos viene dada por cosas que la vida nos regala, también podemos y debemos buscarla a través de otras puertas, cuidando nuestros vínculos sociales y familiares, tomando decisiones y rutinas correctas, soltando aquello que no nos hace bien y siendo conscientes y agradecidos.

 

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27/11/2024


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