Bienestar emocional: el miedo
La cuarta jornada de Bienestar Emocional edición 2024 se adentra en la otra de las cuatro emociones básicas del ser humano: El miedo.
Es posiblemente la primera emoción que sentimos al llegar a este mundo. El miedo está muy asociado a los cambios y es una emoción totalmente inevitable porque forma parte de nuestro instinto de supervivencia. Por ello lo único que podemos es aprender a gestionar ese miedo.
Ante una situación de cambio, nuestra parte racional va a intentar bloquearnos para no vivir esa experiencia. Así que la primera idea fuerza que nos deja la doctora Sandra Alonso es que el miedo se atraviesa, se debe mirar de enfrente para vencerlo y se aprende a gestionar.
¿Formas de manifestarse el miedo?
El miedo se manifiesta a través de la huida y el bloqueo, pero también se puede exteriorizar a través de la indecisión. El perfeccionismo hasta el nivel del bloqueo es otra manera de manifestar nuestro miedo y, por el contrario, a través de la sensación de no creerte lo suficientemente bueno o en también conocido como el síndrome del impostor.
Así, para “atravesar” ese miedo no nos podemos quedar solo en el problema, sino que hay que hacerle frente buscando la solución y focalizarnos en ella.
En este sentido, Sandra Alonso nos emplaza a trabajar para que nuestra determinación sea más fuerte que nuestro miedo. “El miedo nos llega a fortalecer porque nos hace más dueños de nuestros actos, es decir, cuando somos capaces de sentir esa emoción, sentir qué está pasando, y aun así avanzar, nos damos cuenta de que sí somos nosotros los que decidimos, y no nuestro miedo”.
Centrarnos en el ¿para qué? en lugar de en el ¿por qué?
El ¿por qué? ya ha pasado, solo debe existir el aquí y el ahora, por ello debemos buscar ese ¿para qué?: cuál es la finalidad, qué debo aprender de esto… debemos encontrar el significado de las cosas que nos ocurren, buscar esa parte racional para disminuir la emoción. El miedo sólo tiene una pregunta: ¿Y si…? Pero nosotros tenemos muchas más para conocerlo, comprenderlo y decidir.
Entrevista a tu miedo
Averigüemos a qué le tenemos miedo, ¿Para qué me está alertando?, ¿Cuál es la intención positiva del mensaje?, ¿Es un miedo real o irreal?, ¿Cómo de probable es que pase?, ¿Es presente o un futuro incierto?, ¿Cuál es el mejor y el peor escenario?...
Una vez hemos dado respuesta a todas estas preguntas, nos daremos cuenta de que ya tenemos un plan y de que, a mayor racionalización, más disminuimos la intensidad del miedo.
Actúa
Ningún miedo se supera solo pensando. Debemos actuar porque no sabes de lo que eres capaz hasta que lo intentas. Así que debemos afrontarlo, como cualquier otra emoción, desde los tres componentes: (ver los anteriores artículos de bienestar emocional)
Conductual: a través de la distracción, del apoyo social con tu círculo más cercano, compartir como te sientes y la exposición gradual: acciones que me acerquen a mi objetivo.
Cognitivo: Repetirnos las afirmaciones positivas de nuestra voz interior. Yo puedo, yo soy capaz.
Fisiológico: Ejercicio físico, respiración diafragmática, mindfulness en tareas cotidianas, dormir y comer bien.
Así, debemos dejar atrás la fase de «pensar» y comenzar la fase de «hacer». Retomar nuestro diario emocional para poner por escrito ese para qué y las acciones que me acercan a mi objetivo.
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