¿Son necesarios los complementos alimenticios en nuestro día a día?
Los complementos alimenticios consisten en fuentes concentradas de nutrientes o de otras sustancias que tienen un efecto nutricional o fisiológico, en forma simple o combinada, comercializados en forma dosificada, que deben tomarse en pequeñas cantidades unitarias.
La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) añade, además, que tienen la finalidad de complementar la ingesta de nutrientes en una dieta normal haciendo hincapié que, en circunstancias normales, una dieta adecuada y equilibrada proporciona todos los nutrientes necesarios para un normal desarrollo y mantenimiento del organismo.
Ahora bien, investigaciones realizadas sí han demostrado que, en diferentes situaciones fisiológicas, tipos de alimentación, patologías y/o déficits nutricionales diagnosticados mediante analítica sí que sería adecuado el uso de complementos alimenticios para aportar todos los nutrientes necesarios. Los motivos podrían ser porque los requerimientos son mayores, hay una restricción de alimentos o hay alteraciones en el aparato digestivo, entre otros.
Sea cual sea el motivo, los complementos no deben incluir ninguna afirmación que declare o sugiera que una dieta equilibrada y variada no aporta las cantidades adecuadas de nutrientes en general, ni se les atribuirá la propiedad de prevenir, tratar o curar una enfermedad humana, ni se referirá en absoluto a dichas propiedades. Y siempre se tendrán que tomar las dosis diarias recomendadas que indica el etiquetado del complemento.
Complementos alimenticios según la situación fisiológica
Hay una etapa fisiológica de la mujer en la que los requerimientos nutricionales de vitaminas y minerales aumentan y resulta imprescindible suplementar con una dosis extra de algunos nutrientes.
Antes del embarazo. Las guías clínicas recomiendan en la preconcepción o periodo de búsqueda de embarazo tomar ácido fólico en forma de metilfolato o folato activo, al menos 3 meses antes de la búsqueda. Y se valorará de manera individualizada un suplemento con vitamina D en el caso de que no se lleguen a valores mínimos recomendados.
Durante el embarazo. Se seguirá con la suplementación de ácido fólico en su forma activa y se incluirá el suplemento de yodo, además de llevar una dieta rica de alimentos con folatos y yodo. Las vitaminas B12 y B6 tendrán que valorarse de manera personalizada, ya que pueden alcanzarse con una alimentación equilibrada, excepto en las madres vegetarianas o veganas que sí tendrán que suplementarse con B12. Y en el caso de nutrientes como la vitamina D, omega 3 y hierro habrá que individualizar y si existe déficit, como podría ocurrir en una anemia ferropénica, suplementar.
Complementos alimenticios en situación patológica
Existen enfermedades que afectan al estómago y/o al intestino y dependiendo el tramo o parte que se vea afectado, ello podrá conllevar déficits de nutrientes, principalmente, vitaminas y minerales.
En estos casos, será esencial que el profesional de la salud valore cada caso de manera particular para que se consigan todos los nutrientes. Algunas situaciones patológicas podrían ser aquellas en las que se requiere de un tratamiento nutricional restrictivo para valorar los síntomas tras la ingesta de alimentos (Dieta FODMAP o intolerancia a la fructosa), donde hay limitación de ingesta de alimentos por los síntomas y proceso de tratamiento farmacológico y proceso de recuperación (por presencia de Helicobacter pylori) o donde debido a un sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado (SIBO) se tenga que llevar una dieta restrictiva en nutrientes por las diarreas crónicas o síndromes malabsortivos.
En todas estas situaciones, se tendrá que valorar positivamente suplementos de vitaminas y/o minerales, complementos concretos de hierro, vitamina B12 o ácido fólico y/o probióticos.
Complementos según tipo de alimentación
Las personas que deciden llevar una alimentación vegetariana o vegana deberán suplementarse con vitamina B12, tras las últimas recomendaciones de la EFSA (Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria).
En el momento en el que una persona decide no tomar alimentos de origen animal, sus reservas de vitamina B12 pueden verse comprometidas y el reaprovechamiento por vía enterohepática que realiza el organismo es muy variable.
Por ello, como se desconoce cuando se agotan dichas reservas, se tienen que suplementar con cianocobalamina (forma de vitamina B12 activa y la más segura y estudiada) desde el momento en el que se inicia este tipo de alimentación, con el fin de no llegar a agotar las reservas y prevenir de un déficit nutricional con graves consecuencias neurológicas.
Suplementos de colágeno
El colágeno es una amplia familia de proteínas que encontramos en mayor cantidad en piel y huesos y está formado por tres aminoácidos (aa): prolina, glicina y lisina. Para su síntesis continua, se necesitan de estos aminoácidos y de vitamina C, ya que se va a encargar de estabilizar el colágeno.
Para entender por qué los suplementos de colágeno no funcionan partimos de una ingesta de alimentos ricos proteínas, incluyendo el colágeno, los cuáles tenemos que digerir hasta los elementos constituyentes más pequeños (los aa) para poder absorberlos. Cuando obtenemos dichos aa, estos se emplean para formar otras proteínas y, por tanto, no quiere decir que con estos mismos aa volvamos a construir colágeno. En otras palabras, el cuerpo va a utilizar la prolina, la glicina y la lisina para formar otras proteínas o para otras funciones que el cuerpo necesite.
Se tiende a pensar que cuando tomamos un suplemento este va directo a la zona afectada o la que lo necesita. Sin embargo, eso no se puede controlar y por ello no existe evidencia que respalde los usos que se le atribuyen “Para mejorar la salud articular”, “Para mejorar las arrugas” o “Para recuperarse de una lesión”.
¿Y que pasa con los complejos multivitamínicos y con minerales que se toman cuando “estamos decaídos” o con “poca energía”?
La población que tiende a consumir este tipo de complementos alimenticios es porque compensa la mala alimentación que lleva y quiere soluciones rápidas y sin esfuerzo. Pero si analizamos el aporte calórico de las vitaminas y minerales, estos micronutrientes no tienen calorías y, por tanto, no pueden dar dicha energía que necesitamos.
Esa sensación de energía, rendimiento y reducción de fatiga nos la proporcionarán otras sustancias estimulantes que tengan como cafeína, ginseng o guaraná.
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