Ocho falsos mitos del consumo de cannabis
Se estima que entre un 15 y un 30% de los accidentes de trabajo están relacionados con el consumo de alcohol y otras drogas. El efecto de las adicciones también se refleja en el uso inadecuado de las pantallas y en la conflictividad laboral, según destacan desde la mutua Umivale Activa y Proyecto Hombre Valencia (Fundación A. Miguel Roca).
Con motivo del Día Mundial contra la Drogadicción, ambas entidades han puesto en marcha una campaña informativa y de concienciación, en el marco del convenio de colaboración que mantienen. Una iniciativa que consta de dos publicaciones que ponen el foco en el efecto de las adicciones en el ámbito laboral y en concreto en el consumo del cannabis. Este material se puede consultar y descargar en umivaleactiva.es, en el apartado de Prevención de las adicciones.
Falsos mitos del consumo del cannabis
Mito Es un producto inofensivo para la salud, ya que es un producto natural
Realidad Producto natural y producto inocuo no son sinónimos. El cannabis es una droga que se extrae de la planta Cannabis sativa, con cuya resina, hojas, tallos y flores se elaboran las drogas ilegales más consumidas en España: el hachís y la marihuana. El consumo de cannabis provoca alteraciones en el funcionamiento normal del cerebro.
Mito Tiene efectos terapéuticos, por lo que no debe ser malo fumarse un porro de vez en cuando.
Realidad Los usos médicos del cannabis se realizan de manera controlada bajo supervisión de profesionales y no tienen nada que ver con su uso recreativo. También existen medicamentos derivados del opio y nadie piensa que sea sano consumir heroína. No se puede decir que sea terapéutica si no ha sido recetada por un médico.
Mito El consumo de cannabis puede controlarse ya que no produce adicción.
Realidad Numerosas investigaciones han demostrado el poder adictivo del cannabis, sobre todo si comienza a consumirse durante la adolescencia.
Mito Fumar cannabis resulta menos perjudicial que fumar tabaco
Realidad El cannabis contiene muchos de los carcinógenos y mutágenos del tabaco y en mayor cantidad (un 50% más). Además, la forma de consumirlo aumenta los riesgos de padecer cáncer. Tiene efecto broncodilatador, lo que favorece la absorción de las sustancias tóxicas, y al igual que ocurre con el tabaco, también es perjudicial para los fumadores pasivos.
Mito Los jóvenes consumen cannabis porque está prohibido: si se legalizara se consumiría menos.
Realidad Las drogas que más se consumen entre los jóvenes son el alcohol y el tabaco, y éstas son legales. Además, en el consumo, más que la prohibición, influye la facilidad para conseguir la sustancia y el grado de aceptación social de la misma.
Mito El cannabis no puede llegar a causar trastornos mentales.
Realidad La realidad es que, en cualquier momento de la adicción al cannabis, incluso habiendo consumido muy poca cantidad durante poco tiempo, pueden desencadenarse diversos trastornos psiquiátricos, siendo los más comunes los trastornos depresivos, los brotes psicóticos o incluso se pueden llegar a desarrollarse cuadros de esquizofrenia.
Mito Su consumo no tiene efectos durante el embarazo y lactancia.
Realidad Puede perjudicar el desarrollo del feto, aumentar el riesgo de bajo peso al nacer y producir alteración en las funciones mentales del niño. Se relaciona con la aparición del Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad.
Mito No es peligroso conducir si se acaba de consumir cannabis.
Realidad Esta sustancia produce una disminución considerable de la atención, provoca que aumente el tiempo de reacción, por lo que la respuesta y los reflejos serán más lentos. Puede distorsionar considerablemente la realidad y también impide que la persona pueda calcular correctamente las distancias, causando accidentes de tráfico. Su combinación con alcohol aumenta el riesgo de sufrir un accidente de tráfico en un 50%.
Consulta el material de la campaña en Prevención de las adicciones