¿Cómo puedo ser más sostenible a través de mis hábitos alimentarios?
La alimentación sostenible es aquella que durante todo su proceso genera un impacto ambiental reducido y procura una buena salud ambiental. Para la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura de la OMS) se basa en que los alimentos sean nutritivos y accesibles para todos y en que los recursos naturales se gestionen de tal forma que se preservan las funciones de los ecosistemas para responder a las necesidades humanas del presente y el futuro.
Para conseguirlo, en 2015, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) estableció los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), cuyo objetivo es reducir los índices de pobreza a nivel mundial, cuidar el medioambiente y garantizar una vida digna a las personas de nuestro planeta en el año 2030.
Están interconectados entre sí y se establecen 17 categorías temáticas, de las cuales, siete tratan temas de alimentación: objetivo 1 “Fin de la pobreza”, objetivo 2 “hambre cero”, objetivo 3 “salud y bienestar”, objetivo 12 “producción y consumo responsable”, objetivo 13 “acción por el clima”, objetivo 14 “vida submarina” y objetivo 15 “vida de ecosistemas terrestres”.
Para cada uno se plantean diferentes metas y alcanzarlos está en mano de todos y todas. Así que os queremos ayudar a poner vuestro granito de arena y conjuntamente conseguirlo cambiando poco a poco vuestros hábitos alimentarios.
Cambiar las frecuencias de consumo diarias y semanales
En 2022 la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) actualizó las recomendaciones dietéticas de los diferentes grupos de alimentos incluyendo una variable a la ecuación: que fueran sostenibles y que generaran un bajo impacto medioambiental.
Así que teniendo en cuenta la Agenda 2030 para el Desarrollo sostenible y los ODS de las Naciones Unidad, la Ley 17/2011 de Seguridad Alimentaria, las anteriores recomendaciones dietéticas de la AESAN y otras propuestas de otras entidades europeas y estadounidenses, el Comité científico elaboró un nuevo informe de las recomendaciones dietéticas y sostenibles.
¿Cuáles son? Toma nota de todas ellas y reflexiona la frecuencia con la que consumes cada grupo de alimentos para ir mejorando poco a poco tus menús:
- Al menos, 3 raciones/día de hortalizas.
- 2-3 raciones/día de frutas.
- Un consumo moderado de patatas y otros tubérculos.
- 3-6 raciones/día de cereales, dependiendo de tus necesidades energéticas y no más de 4 raciones/día si se necesita restringir la ingesta calórica, priorizando en todo caso los cereales de grano entero y productos integrales.
- Un consumo máximo de 3 raciones/día de lácteos, evitando aquellos con azúcares añadidos y con alto contenido en sal, aunque, debido a su elevado impacto ambiental, se sugiere reducir el número de raciones diarias de lácteos si se consumen otros alimentos de origen animal.
- Un consumo diario de aceite de oliva en todas las comidas principales del día, tanto para el cocinado de los alimentos como para su aliño.
- Beber tanta agua como sea necesaria, considerándose ésta la bebida principal de una dieta saludable.
- Al menos 4 raciones/semana de legumbres hasta llegar a un consumo diarias.
- 3 o más raciones/semana de frutos secos, hasta un consumo de 1 ración diaria, eligiendo aquellos sin sal ni grasas ni azúcares añadidos.
- 3 o más raciones/semana de pescado, priorizando el pescado azul y las especies con menor impacto ambiental.
- Hasta 4 huevos/semana.
- Un máximo de 3 raciones/semana de carne, priorizando el consumo de carne de aves y conejo y minimizando el consumo de carne procesada.
Mejorar los hábitos de compra
Según la ONU, los hogares influyen en el impacto medioambiental a través de los hábitos y elecciones dietéticas de las personas. Esto, en consecuencia, afecta el medio ambiente a través del consumo de energía relacionada con los alimentos y la generación de residuos.
Tanto antes como durante la compra podemos cambiar pequeños gestos que favorecerán un menor impacto medioambiental:
- Evita el desperdicio alimentario planificando el menú semanal, revisando los alimentos que tienes en casa y elaborando una lista de la compra sólo con lo que necesitas.
- Realiza una compra semanal y compra las cantidades y tamaños justos según los miembros que seáis en casa.
- No sucumbas a las ofertas de productos perecederos comprando más de lo que necesitas.
- Consume frutas y verduras de temporada y a granel.
- Lleva tu bolsa reutilizable o malla y con ello reduce el uso de bolsas y envases de plástico.
- Evita comprar botellas embotelladas y emplea botellas reutilizables.
- Apuesta por productos locales o de proximidad.
Cocinar y preparar los alimentos de manera consciente
Cómo cocinamos, qué técnicas culinarias empleamos para cada alimento y la preparación de alimentos, tanto de origen animal como de origen vegetal, también influye en que nuestra alimentación sea más sostenible y amiga con el medioambiente.
¿Has pensado alguna vez los pequeños cambios que podemos realizar para contribuir?
- Emplea técnicas culinarias saludables, como la plancha, el salteado o el hervido, etc.
- Usa electrodomésticos con bajo impacto ambiental (microondas u olla a presión) frente a los que requieren más energía (horno) y prestar atención al tiempo de cocinado.
- Si vas a recalentar un alimento, recalienta en sartén o microondas y evita el horno.
- Cuando cocines de más, congela las raciones. Si no, convierte las sobras en nuevos platos.
- Congela los productos frescos y platos cocinados que no vayas a consumir para evitar que se estropeen.
- Cuando prepares tus bocadillos, reduce el film o el albal y usa bolsas de tela “portabocadillos”.
- Revisa la fecha de caducidad y fecha de consumo preferente.
Y si aún quieres seguir haciendo cambios en tus hábitos alimentarios, te animamos a adaptar el plato para comer saludable al plato de la Dieta de Salud Planetaria, una dieta flexitariana creada por la Comisión EAT-Lancet como parte de un informe publicado en la revista científica The Lancet a principios de 2019 que se basa en el aumento de alimentos de origen vegetal (frutas, verduras, nueces y legumbres), junto con pequeñas porciones de alimentos de origen animal (carne, pescados y lácteos).