Saps respirar?
¿Eres consciente de cómo respiras? Seguramente no. A lo largo del día nuestra respiración va marcando la forma en la que nos sentimos y apenas nos damos cuenta.
Sandra Alonso, doctora en Psicología y Ciencias de la Salud Especialista en Psicología Clínica y Forense de la mutua Umivale Activa, explica que existen diferentes técnicas para gestionar nuestro estado del bienestar emocional en función de tres tipos de enfoque: fisiológico, cognitivo y conductual.
Dentro del enfoque fisiológico en esta ocasión nos centramos en la importancia de la respiración diafragmática y sus variaciones.
Se ha comprobado y estudiado que respirar es mucho más que llevar oxígeno a los pulmones y eliminar dióxido de carbono. Se trata de un proceso de suma importancia en la regulación fisiológica y metabólica del organismo.
La respiración es nuestra primera fuente de energía. Podemos estar varios días sin comer, beber o dormir, pero no sin respirar. Aunque pensemos que el hecho de respirar se realiza de forma inconsciente y automática, en realidad es el único proceso vital que podemos manipular o modificar a voluntad.
La calidad de nuestro aire va a depender del ritmo de nuestra respiración. Al ser capaces de alterar este ritmo, también estaremos alterando la composición de la sangre, ya que al llevar ésta mayor o menor cantidad de oxígeno al cerebro, estaremos propiciando diferentes reacciones físicas y psíquicas.
Actualmente vivimos con altos niveles de estrés y ansiedad como parte de nuestra vida y esto genera unos patrones alterados de respiración, gran activación y desgaste del organismo. Si estamos nerviosos nuestro ritmo de respiración se acelera una media de 15 respiraciones por minuto, lo que hace que aumenten nuestros niveles de dióxido de carbono, que activa nuestro sistema simpático y nuestra respuesta de estrés.
Con ello se aumenta también el ritmo de nuestra frecuencia cardíaca y la presión arterial, provocando que la sangre se desplace hacia las piernas para dar respuesta el modo escape/huida de nuestro cerebro primitivo. De esta manera nuestro cerebro y resto de órganos vitales reciben menos riego sanguíneo, disminuyen los nutrientes celulares que provocan su inflamación y puede desembocar en enfermedades. Cuando aprendemos a modificar la respiración diafragmática conseguimos salir del modo escape/huida y trasladarnos al modo relajación.
Con la respiración diafragmática o abdominal podemos revertir esta situación en tan solo tres minutos. Si conseguimos bajar a cinco respiraciones por minuto vamos a conseguir activar el sistema parasimpático, disminuimos la necesidad de oxigenación, por lo que nuestra sangre se vuelve menos ácida y se activa el modo parasimpático /relajante de nuestro organismo, saliendo del modo escape/huida.
El nervio vago (craneal) se reactiva y favorece el crecimiento orgánico, haciendo que se reabsorban las hormonas del estrés tales como la adrenalina y cortisol y se liberan otras sustancias como las endorfinas, dopamina, oxitócica o serotonina.
Con la respiración diafragmática el sistema nervioso entérico que se le conoce como el segundo cerebro, ordena a tus hormonas estomacales a que produzcan benzodiacepinas endógenas que inducen al sueño y descontracturan los músculos.
Ventajas de la respiración abdominal
• Corregimos la acidificación de la sangre: La respiración abdominal nos devuelve los niveles normales de CO2 en sangre y nos ayuda a eliminar la ansiedad, evitando los mareos, nerviosismo y otros síndromes neurológicos.
• Estiramos la columna: La respiración abdominal nos permite extender las vértebras de modo que prevenimos protusiones y agarrotamientos de los discos.
• Pautamos el ritmo respiratorio: La respiración abdominal nos ayuda a respirar con más lentitud y por tanto a relajarnos y tomar consciencia de lo que hacemos al concentrarnos en ello, dejando de lado todo tipo de preocupaciones y ciclos obsesivos que nos generen estrés.
• Mantenemos la elasticidad pulmonar: La respiración abdominal es un buen ejercicio para mantener los pulmones elásticos y tonificados, evitando la atrofia propia de la edad.
• Aprovechamos mejor la capacidad pulmonar: Al tirar el diafragma hacia abajo, los pulmones se expanden en profundidad alcanzando su volumen óptimo, con lo cual entra más oxígeno en el cuerpo, sin detrimento del CO2, lo que permite aportarlo a las células sin necesidad de aumentar ni la frecuencia cardíaca ni la respiratoria. Esto redunda a la larga en una mejor salud cardiovascular.
Para saber cómo respirar, además de conocer con qué recursos personales sencillos y prácticos podemos contar para afrontar el estrés, desde Umivale Activa hemos puesto en marcha la Escuela de Salud de Umivale Activa. Una serie de jornadas online en las que aprenderemos a controlar nuestras reacciones ante las adversidades, seremos capaces de dar un enfoque más práctico a nuestros problemas y aprenderemos herramientas nuevas para conseguirlo. Más de un millar de personas se han interesado ya por estos encuentros pensados para mutualistas.